Lo que llamó la atención de San Pedro no fue tanto la situación de los niños en el Hospital de San Juan en Oporto, pero más el vino (cf. aqui). El vino verde. A San Pedro le gusta mucho el vino verde.
Hacia unos meses que San Pedro habia estado en la Casa del Vino Verde haciendo una palestra sobre "El liberalismo en el cielo", garantizando a su audiencia que hay vino verde en el cielo, y del bueno. Es producido por el sector privado en régimen de competencia perfecta.
En la ocasión, el Presidente de la Casa del Vino Verde, el Señor Don Manuel Piñero, le ofreció unas quantas botellitas en agradecimiento por la información de haber vino verde en el cielo.
Pero, ahora, le horrorizaba a San Pedro una idea.
De su móvil, llamó al Señor Don Manuel:
-Manuel... no puedo creer... vas a ofrecer vino verde a los niños del San Juan por Navidad?
-Hey...hombre...qué pasa...!?
-Mira...Manuel...dar vino a niños enfermos es pecado!...No tendrás perdón del Señor!...
-No... hombre... te calma...voy a ofrecer dinero...dinero vivo...
Y San Pedro, ahora más tranquilito, pero muy curioso:
-A quien, Manuel...a quien?...confiesa!...
-Mira...hombre...no sé ...a mi solo me pedieron para organizar el concierto...es mi secretaria que tien los contactos...
San Pedro y Don Manuel se quedaron entonces por media hora hablando sobre la Asociación de los Ninõs del Hospital de San Juan.
Al fin, acordaron que los ingresos del espectáculo serian utilizados para comprar algún material necesario en la pediatria del San Juan. No habría donaciones en efectivo. Dinero vivo, nada.
Y así fue como San Pedro evitó que el Señor Don Manuel emborrachase a los niños del San Juan con su vino verde.
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